martes, 12 de marzo de 2013

El cabo de Santa Pola

Frente del arrecife
El Cabo de Santa Pola tiene una altura de 144 m. y es un arrecife fosilizado, formado por antiguos corales. Esta ruta es un poco diferente al discurrir al lado del mar y en ella podemos disfrutar de unas vistas espectaculares de la isla de Tabarca, la más pequeña de Europa con habitantes, así como de la línea de costa hasta Les Marines (Baixa y Alta).

Tabarca
A lo largo de su recorrido se puede observar una vegetación típica de zonas áridas influida por la proximidad del mar con monte bajo en gran parte compuesto de esparto, coscoja, margalló, pinos achaparrados y diversidad de plantas con flor. De hecho, existe una microreserva de flora en uno de los barrancos que surcan el acantilado.

Despliegue de color
También nos encontramos con fauna diversa; desde la común lagartija hasta gaviotas, pasando por córvidos y unos preciosos cormoranes que reposaban en las rocas de la playa.


Otro posado para el fotógrafo
Después de una ascensión acalorada por los 25º que hizo ese día llegamos hasta el faro que hay en la cima, construido sobre una antigua torre del s.XVI. Muy cerquita de este exploramos el bunquer y los túneles que conectan las baterías antiaéreas de la Guerra Civil. Desgraciadamente y pese a estar restauradas, lo que no es muy común en este patrimonio histórico, estas construcciones militares están llenas de pintadas. Ya en el camino de ascenso las vimos sobre las rocas del entorno, lo cual nos parece totalmente incomprensible y reprobable. No se entiende la manía de la gente de alertarnos de su existencia mediante la suciedad que escampa.

¡Qué silueta! Cabeçò, Aitana y Puig Campana.
Fuentes: www.turismosantapola.es