Esta vez hemos cogido el transporte público, el TRAM para ir a Alicante a visitar el museo de la Volvo Ocean Race.
Cuando llegamos, lo primero fue almorzar, para recuperar fuerzas del trayecto.
Nada más empezar entramos en un mundo submarino, con fotografías impresionantes, textos e historias maravillosas y un sin fin de aparatos y juegos interactivos.
Esta fue la parte intelectual, donde Patricia nos explicó con todo lujo de detalles todos los pormenores de las regatas y sus tripulantes.
Después pasamos a la planta superior, donde nos esperaba Will para hacer un taller de "Patrón por un día" en el que nos enseñaron entre otras cosas a ponernos la ropa que utilizan en las travesías.
Fue una experiencia muy bonita e interesante, digna de repetir.
